El término fiebre de heno es un nombre inapropiado. ¡En primer lugar, no es causado por el heno, y tampoco produce fiebre!. Pero sí produce obstrucción, secreción, y picazón en la nariz y los ojos, estornudos, picazón de garganta y exceso de mucosidad en la nariz y la garganta. Y es causado por alergia a ciertas partículas suspendidas en el aire, que son inhaladas.

Y los resfríos de verano no son resfríos en el sentido estricto de la palabra (p.ej. infecciones virales). En cambio son, como la fiebre de heno, alergias a partículas suspendidas en el aire. Son términos comunes para denominar una afección médica conocida como Rinitis Alérgica. (Rinitis significa inflamación de la nariz.)

Más de 14 millones de norteamericanos padecen rinitis alérgica. Para algunos en una simple molestia. Pero para otros, es debilitante, interfiere con el trabajo y la recreación, y perjudica significativamente su calidad de vida.

Cuando una sustancia animal o vegetal, extraña al ser humano, invade el cuerpo (a través de las membranas de los ojos, la nariz, o la garganta) se produce una reacción inmunológica que pretende oponerse a esa invasión. En condiciones ordinarias es una protección natural conveniente.

Sin embargo, algunos individuos exhiben una respuesta inflamatoria exagerada a ciertas substancias.

Estas substancias son denominadas Alergenos, y esas personas son llamadas Alérgicos. Es una condición que tiende a ser familiar.

Los alergenos estimulan al cuerpo para que este produzca anticuerpos sensibilizados que luego se combinan con los alergenos, y la combinación hace que el cuerpo libere un número de substancias químicas que a su vez producen efectos indeseados. La Histamina es la más conocida de estas substancias; causa tumefacción de las membranas nasales, picazón, irritación, y exceso de mucosidad.

Todas las partículas de origen vegetal o animal que sean suficientemente pequeñas y livianas como para ser transportadas por el aire pueden ser depositadas en las membranas de los ojos, la nariz, y la garganta. Fuentes comunes de tales partículas son los pólenes, las esporas de hongos, la caspa de animales, y el polvo de habitación.

A principios de primavera la fiebre de heno es causada más a menudo por los pólenes de árboles comunes como el olmo, el arce, el abedul, el álamo, la haya, el fresno, el roble, el nogal, el sicómoro, el ciprés, el nogal americano, el cedro, el aliso y otros.

En la primavera tardía los pólenes provienen de diferentes tipos de pastos. Las plantas con flores fragantes y coloridas raramente causan alergia, porque su polen es demasiado pesado como para flotar en el aire. Ellas dependen de insectos (abejas y mariposas) que llevan su polen de una planta a la otra. Por lo tanto el nombre fiebre de rosas también es un nombre incorrecto.

Son hongos que arruinan el pan, pudren la fruta, y manchan la ropa. También crecen en las hojas muertas, pasto, heno, paja, granos, en otras plantas y en el suelo. Como ellos no son destruidos por las heladas, la temporada en que los mohos producen alergia es larga y sus esporas pueden estar en el aire exterior todo el año.

En el interior de las viviendas los mohos crecen en las plantas hogareñas y en su tierra. También crecen en lugares muy húmedos tales como sótanos o lavaderos, y se pueden encontrar en quesos y bebidas fermentadas.

Los alergenos que están presentes todo el año incluyen: la caspa de animales (Gatos, perros, caballos y otros animales domésticos, la lana y las plumas), cosméticos, mohos, comidas y polvo de habitación. El polvo de habitación es una mezcla compleja de celulosa desintegrada (relleno de muebles), mohos, caspa, (de animales), partes de insectos y pequeños ácaros. Las alergias que empeoran en el invierno, cuando los ambientes están calefaccionados, usualmente se deben al polvo de habitación.

Las personas alérgicas tienen una menor resistencia a los resfríos, los estados gripales, las infecciones sinusales y las infecciones del oído. Más aún, se sienten más molestas con esas infecciones que las personas no alérgicas, y más seriamente, pueden desarrollar Asma.

Idealmente, podría elegir vivir lejos de los lugares que le producen alergia, (en alguna playa donde pueda respirar aire puro o en un clima extremadamente seco donde nada pueda crecer) desafortunadamente, tales ideas son raramente practicables; pero quizás puedan ser útiles las siguientes sugestiones:

• Use una máscara para polen cuando corte el pasto cuando limpie la casa (en muchos lugares se puede comprar).
• Cambie los filtros de aire mensualmente en los sistemas de aire acondicionado, o instale un purificador de aire.
• Mantenga cerradas las ventanas y puertas en las épocas de polinización.
• Elimine de la casa las plantas y los animales que producen caspa.
• Cambie las almohadas de plumas, las frazadas y la ropa de lana por otras de algodón o sintéticas.
• Envuelva los colchones y las bases de resortes en "barreras" de plástico.
• Use antihistamínicos y descongestivos de acuerdo a indicaciones apropiadas.
• Duerma con la cabecera de la cama más alta. Ubique un ladrillo o dos debajo de las patas.

• Observe buenas practicas de salud:

1. Haga ejercicios diariamente.

2. Deje de fumar y evite otros contaminantes del aire

3. Coma una dieta balanceada, minimizando los carbohidratos.

4. Supla la dieta con vitaminas, especialmente la vitamina C.

• Busque el consejo de su médico.

Considere la compra de un buen humidificador para el invierno ya que la calefacción seca perjudica a muchas personas alérgicas; pero evite el crecimiento de mohos en el humidificador.

Su médico examinará sus oídos, nariz, garganta y senos para determinar si tiene infecciones o anormalidades estructurales que puedan agravar sus síntomas de alergia. Él incluso tratará de determinar sobre la base de su historia clínica a que substancias puede ser alérgico, y determinará que tratamientos sintomáticos (tales como antihistamínicos, descongestivos, o Corticoides) serán más seguros y efectivos; o si se requerirán medidas más específicas.

Para determinar a que substancias y en que grado usted es alérgico se pueden realizar pruebas de sangre o en la piel. El manejo más específico de la alergia consiste en la aplicación de inyecciones que tendrán el efecto de aumentar la protección contra los alergenos, reduciendo de esa manera la severidad de los síntomas. Extracto de pólenes, mohos, caspa de animales o polvos a los cuales usted es alérgico se inyectan, comenzando con dosis muy pequeñas, y aumentándolas gradualmente. El tratamiento puede ser efectuado antes de la temporada de fiebre de heno o durante todo el año.

El proceso de la enfermedad dura semanas o meses, y el tratamiento a menudo debe ser continuado por años. Después de un tiempo, algunas personas pueden continuar permanentemente sin medicación; pero otras lo necesitan casi todo el tiempo.